

Cuando los dos pimientos están bien negros, los ponemos en una bolsa unos minutos para que con el calor y la humedad, se ablanden y sea más fácil pelarlos.

Cuando están un poco más fríos, los pelamos con un cuchillo. Unos prefieren quitar hasta el más mínimo resto negro de los pimientos, y otros prefieren ese saborcito quemado a ahumado y dejan algo, quitando solo lo más grande.

Por último, los cortamos a tiritas.
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